viernes, 29 de enero de 2010

DIBUJO DEL CRONISTA HUAMÁN POMA



La Nueva Crónica y buen gobierno, de Felipe Huamán Poma de Ayala, estuvo perdido por varios siglos. El manuscrito original de la crónica fue descubierto en 1908 por Richard Pietschmann, en la Real Biblioteca de Copenhague y fue publicado por primera vez, pero en edición facsímile, por el francés Paúl Rivet en 1936.


Se cree que por alguna razón este manuscrito fue a parar a la biblioteca del Conde Duque de Olivares. Después fue vendido parte de este fondo bibliotecario y lo compró Cornelius Pedersen Lerche, embajador de Dinamarca en España. Sin embargo, esto es sólo una teoría. La crónica relata sucesos en el Perú a finales del siglo XVI y principios del XVII. Lo peculiar de ella es que está hecha desde el punto de vista de un nativo. Quizás por esta característica de ser relatada por el “bando vencido”, le diera un tono de denuncia a los abusos de algunos conquistadores. Todo lo anterior pudiera haber repercutido en que el manuscrito pasara desapercibido hasta este siglo. Incluso, Huamán Poma se llegó a dirigir por carta a Felipe II, pero su correspondencia nunca llegó al lejano rey.


Personalmente, creo que la frescura naif de sus dibujos los hace más esclarecedores que sus crónicas. Tomemos por ejemplo su autorretrato. No es un inca vestido a la usanza de su gente, sino españolizado hasta el último detalle de la vestidura, y no de simple soldado, sino de noble. Huamán Poma nunca consideró a su gente inferior. En todos sus escritos pedía justicia para ellos, obligados a trabajar en durísimas condiciones en las minas del Potosí y otras actividades. Huamán tenía ingenio e ironía para describir a los funcionarios. Por su parte, las autoridades lo consideraron peligroso en su cargo de teniente, ya que defendía a su pueblo. Por este motivo urdieron una acusación para desterrarlo de su provincia y así fue como Huamán salió a recorrer mundo. En su obra se ve la crítica a un modelo de leyes importado e impuesto sin mucha adaptación a la cultura local. Al mismo tiempo, hace un retrato de la sociedad que le tocó vivir que incluye un recuento de la cultura inca y la manera en que se fue tramando con la europea: religión, orden social, legislación, calendario anual y organización económica, funciones de los grupos sociales, por un lado, y vicios burocráticos y abusos, por el otro.

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